Concepción, (@JUNJI_Biobio). El centro educativo encontró en medio de la crisis una oportunidad y decidió proteger a los niños y niñas, comenzando con la educación desde el hogar para que aprendan a cubrir sus rostros sin sentirse intimidados. Lo más destacable es que cuentan con todas las normas para ser desinfectadas y reutilizadas de manera segura.
Desde el inicio de esta pandemia los jardines infantiles de la Junji Biobío han estado conectados con las necesidades de los niños y niñas, preocupados de su vacunación, entregando canastas de alimentos y kits educativos para párvulos. Sin embargo, el centro educativo más grande de la Región del Biobío, decidió ir un paso más lejos y crear protectores faciales para los niños y niñas.
La directora del establecimiento, Verónica Vera, señaló que esta iniciativa comenzó “en una reunión online con el equipo educativo del jardín buscando una forma para que los niños se familiarizaran con los implementos que se están usando a raíz de esta pandemia mundial, para ir a sus controles sano o para vacunarse y que luego se deberán utilizar cuando tengan que volver al jardín”.
Añadió que: “Entregamos 180 protectores faciales que fabricamos con los recursos que teníamos en el jardín y que nos proporciona la subdirección de Recursos Financieros. Tuvimos que aprender cómo se hacían, las medidas del cráneo de los niños y notamos que las placas que usábamos para plastificar cumplían las normas. Luego averiguamos en el Ministerio de Salud las características que debían tener y comenzamos a probar los primeros protectores en nuestros hijos para ver si habían quedado en buenas condiciones. Además, en el borde, le añadimos un diseño personalizado, extremando las medidas de seguridad e higiene al momento de confeccionarlas y también al entregarlas”.
En la misma instancia se les dio un tríptico a los papás, diseñado por una técnico en educación parvularia que está con modalidad de teletrabajo en Lota. Se les explicó por qué los niños deben usar el protector facial y por qué deben quedarse en casa.
Por ello para la encargada del jardín infantil “lo más importante fue ver la reacción de los papás cuando fueron a buscar los protectores faciales para sus hijos. Ellos nos decían que habíamos sido creativas en la iniciativa y responsables con la salud de sus niños y nosotros nos sentimos recompensados por el tremendo esfuerzo de fabricarlos”.
José Luis Hermosilla, papá de Facundo de 4 años, señaló que “a mi hijo le llamó la atención y se la probó apenas se la entregaron. Para mí como papá me da tranquilidad porque sé que ahora la puede usar si es que tenemos que salir con él a la calle”.
Para Margarita Roa, mamá de Alonso Tejeda de 4 años, esta ayuda le generó sorpresa: nunca me esperé esta ayuda y agradezco a la Junji por su preocupación. Encontré muy loable la dedicación y compromiso del equipo educativo por hacer este protector facial para mi hijo. Llegamos a la casa y de inmediato se lo puso. Además, está muy bien pensado porque con este gesto yo me siento apoyada por el jardín y que yo soy importante para ellos”.
En tanto, para Teresa Barlaro, mamá de Nicolás Ramírez de 2 años, “fue una grata sorpresa cuando me entregaron el protector facial porque era un implemento que no teníamos considerado comprarle a mi hijo. Está muy bien hecho, se nota que las educadoras se preocuparon. Yo llegué a la casa, se lo probé y al principio se extrañó porque no entendía muy bien pero después de unos minutos se acostumbró”.