Como se señala en las Bases Curriculares de la Educación Parvularia (BCEP) de 2018, la planificación y la evaluación son aspectos constitutivos de todo proceso educativo. Se planifica y se evalúan los diversos componentes de este proceso y en distintos niveles, tales como los objetivos de aprendizaje, los ambientes de aprendizaje, la participación y el trabajo colaborativo con la familia, los planes de mejoramiento de la institución, entre otros.
La planificación y la evaluación se enriquecen mutuamente, potenciando las oportunidades reales de aprendizaje y las prácticas docentes. La planificación, por una parte, ordena, orienta y estructura el trabajo educativo en tiempos determinados, pero a la vez es flexible y sensible a la evaluación permanente de cómo las niñas y los niños van reaccionando a la enseñanza realizada y de lo que van aprendiendo.
Por su parte, en la Junji fundamentan las orientaciones para la planificación y evaluación desde un enfoque integrado del currículo, que comprende que los niños y las niñas aprenden naturalmente en forma holística y en contextos cotidianos, donde resulta clave la toma de decisiones compartidas entre el equipo pedagógico, los niños y niñas y sus familias.