El Día Internacional de las Familias se celebra el 15 de mayo de cada año para crear conciencia sobre su papel fundamental en la educación de los hijos e hijas desde la primera infancia.
A pesar de que el concepto de familia se ha transformado en las últimas décadas, evolucionando de acuerdo con las tendencias mundiales y los cambios demográficos, las Naciones Unidas consideran que la familia constituye la unidad básica de la sociedad. En ese marco, desde principios de los 90 se conmemora esta fecha como un hito para reflexionar acerca de cómo les afectan los procesos sociales, económicos y demográficos.
Para la Junji, las familias consideradas en su diversidad constituyen el núcleo central básico en el cual los niños y niñas encuentran sus significados más personales, debiendo el sistema educacional apoyar la labor formativa insustituible que ésta realiza.
Crianza respetuosa
Los adultos sensibles y que practican una crianza respetuosa conciben en todo momento al niño y a la niña como verdaderos sujetos de derechos, lo que implica reconocerlos como personas con opinión, con capacidad de tomar decisiones, propositivos y merecedores de consideración, respeto y autonomía.
A partir de los vínculos de pertenencia, los párvulos serán capaces de ir formando lazos afectivos de calidad incondicionales, estables y continuos.
Los niños y niñas requieren que los adultos de su entorno les manifiesten apoyo de manera positiva, que reconozcan sus intentos y sus avances de forma explícita.
La comunicación bientratante es una escucha atenta y activa del niño y niña de parte del adulto que se pone a su altura y lo mira a los ojos siguiendo su relato con tono afectivo.
Si la familia y los adultos que rodean a los niños y niñas acompañan su crecimiento con afecto y respeto —por ejemplo, al momento de jugar— estarán ayudando a formar a hombres y mujeres seguros de sí mismos, armónicos y capaces de establecer relaciones de confianza y de resolver conflictos de una manera pacífica.
Lo que se haga o se deje de hacer tendrá influencia en la primera infancia, en sus emociones, inteligencia, espiritualidad, sociabilidad, desarrollo físico y motor, en el entendido que siempre se está educando y siempre se está aprendiendo.