Con un revelador conversatorio JUNJI Metropolitana visibilizó el tema de los niños y niñas migrantes en Chile

Con un revelador conversatorio JUNJI Metropolitana visibilizó el tema de los niños y niñas migrantes en Chile

Santiago, (@JUNJIMetropolitana). En una emotiva jornada, encabezada por la subdirectora de Calidad Educativa, Lorena González, la doctoranda en Estudios Americanos de la Universidad de Santiago de Chile, Lucía Castillo, presentó su investigación “Prácticas culturales vinculadas al proceso de crianza de los hijos e hijas de madres migrantes en Chile: Una aproximación desde la cotidianidad”, desarrollada en los jardines infantiles JUNJI.

La actividad, organizada por la Sección de Formación Continua e Innovación de la Subdirección de Calidad Educativa, presentó los resultados de la investigación realizada durante la pandemia con jardines infantiles “Esperanza”, “Antilén” y “Jardín del Edén” ubicados en la comuna de Estación Central, Santiago e Independencia, donde se analizó el lado socioemocional de la migración en Chile, como un derecho humano que debemos resguardar universalmente y en particular cuando se vincula con la primera Infancia.

El conversatorio contó con una asistencia de cerca de 70 personas, compuesta por equipos educativos de jardines infantiles de la región Metropolitana, quienes mediante la exposición conocieron las dificultades que viven los niños y niñas de madres migrantes en Chile, debido a la precariedad y falta de redes de apoyo. Así como también, evidenciaron los choques culturales, sociales y religiosos, entre otros y el aislamiento de estas familias producto de las diferencias con la cultura chilena.

Uno de los ejes centrales del conversatorio expuesto por Lucía Castillo, habló de la importancia que representan los jardines infantiles, al constituir en algunas ocasiones la única red de apoyo para las madres y padres migrantes, debido a que ofrecen la oportunidad de proporcionarles alimentación y un espacio de cuidado para sus hijos e hijas mientras ellas trabajan para conseguir recursos para sus hogares. En este sentido, la investigación resaltó el agradecimiento que las madres migrantes tienen hacia los jardines infantiles de JUNJI.

Por otra parte, Lucía Castillo comenta que su motivación para este estudio vino desde su etapa como enfermera, donde pudo conocer de primera mano las dificultades que tienen las madres migrantes producto de las exigencias de la institucionalidad chilena, a la que sugiere “tal vez tomar algunas decisiones a nivel macro, pero que signifiquen acciones concretas para estas familias, traduciéndose fundamentalmente en políticas públicas que brinden redes de apoyo, de contención, porque son familias que viven un proceso super complicado, doloroso y de mucha soledad”.

Con respecto a la importancia de este tipo de instancias, la encargada de la Unidad de Experiencias Académicas, Alejandra Durán profundiza: “Nosotros sabemos que en algunos jardines hay niños y niñas que quedan solos en sus casas, que les falta alimentación, que las mamás viven en condiciones de vulnerabilidad económica. Entonces cuando una investigadora de una unidad externa nos releva esto, nos hace ver que es cierto y nos debe movilizar porque esto les está pasando a nuestros párvulos, hijas e hijos de migrantes, que son niños y niñas chilenos”.

“Creo que lo más relevante es hacer que la academia se vincule con los espacios donde realmente ocurren las cosas, si no me parece que es solo reverberar un conocimiento entre nosotros mismos, desde ahí, yo creo que la investigación pierde el valor social, el valor social de esto es contribuir y llevar los resultados a las personas que toman decisiones, las personas que ejercen acciones”, finalizó la expositora.

En concordancia con el análisis expuesto por Lucía Castillo, Alejandra Durán llama a una mayor participación y acompañamiento a las madres migrantes: “No nos podemos quedar con que ahora discriminamos menos, sino preguntarnos que estamos haciendo nosotros desde la asesoría para que esto no siga ocurriendo, este espacio nos debe hace renovar este compromiso social. El que las madres vean al jardín infantil como su única red de apoyo, nos tiene que mover el piso y el corazón”.

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