El Jardín Infantil “Campanita” de Rancagua tiene algo especial: está entre los 10 más antiguos de la capital regional de O’Higgins. Recorrer sus instalaciones es, sin dudas, una experiencia enriquecedora que permite a niñas, niños y todo quien visite el establecimiento transitar a través de un huerto, contenedores de reciclaje y un semáforo que indica la intensidad del sol. Aulas innovadoras que permiten a los párvulos experimentar a través de entretenidos circuitos, laberintos diseñados con telas y ejercicios sensores con diversos materiales, forman parte del establecimiento.
Innovación, ciencia y medioambiente, son los tres conceptos que marcan el día a día en esta unidad educativa, todo bajo la dirección de Lilian Jiménez Casas, educadora de párvulos formada en la entonces Universidad de Chile de Osorno (actual Universidad de Los Lagos) y cuya carrera profesional comenzó en 1976.
“Empecé trabajando en el Jardín Infantil “Capullito” de Osorno, estuve tres meses como educadora de aula y luego la directora regional de ese entonces me puso a cargo del jardín (…) luego estuve en Puerto Montt y finalmente, por temas familiares, pedí mi traslado a Rancagua”, recuerda sobre sus inicios en la institución, donde ya lleva casi 42 años de trabajo y más de 20 años en la dirección del “Campanita”.
Buscar nuevas experiencias educativas para niñas y niños en el aula es lo que ha marcado su carrera profesional. “Son exploradores innatos y eso es una de las cosas que me apasionan de esta labor, que te obliga a reinventarte diariamente para encontrar formas innovadoras de fomentar el desarrollo de los niños”, asegura Lilian y agrega que “una de las cosas que he aprendido en estos años de carrera profesional es la importancia de destacar las aptitudes de tu equipo en el trabajo, eso nos ha permitido desarrollarnos y crecer como unidad educativa, con un sello marcado en la ciencia y el medioambiente”.
Ejemplo de este trabajo se demostró en la Feria Interregional desarrollada en diciembre del año pasado, donde obtuvieron un importante reconocimiento gracias a su proyecto “pedalea tu jugo”, que consistía en una bicicleta modificada que al ser pedaleada por niños y niñas generaba la energía suficiente para hacer funcionar una juguera que contenía fruta y agua en su interior.
“Este año estamos trabajando de la mano con Explora Conicyt en nueve proyectos, uno para cada aula, integrando incluso a la sala cuna. Pese a que muchos creen que no se puede trabajar este tipo de experiencias con niños tan chiquitos ¡si se puede! Y lo disfrutan un montón”, cuenta entusiasmada y entrega detalles del proyecto denominado “Con los Pelos Parados”, donde los lactantes tienen la posibilidad de observar o sentir los efectos de la estática frotando diversos tipos de materiales (como lápices en ciertas telas, etc.).
“Nunca hay que limitar las experiencias educativas de niñas y niños, siempre hay alguna forma de adecuar la metodología a las distintas etapas, pues entre más les entreguemos, mejores opciones tendrán de desarrollar sus aptitudes y esa es una de las cosas más lindas en el trabajo con niñas y niños, que tus posibilidades son tan ilimitadas como la imaginación lo permita”, remarca la Lilian.
Pese a lo anterior, es enfática en señalar que “este trabajo no está completo sin las familias, porque nosotras trabajamos diariamente con los párvulos y también con ellos, por lo que es fundamental ganarnos su confianza e incorporarlos en el aprendizaje de sus hijos, ya que así la experiencia educativa de los párvulos se da de manera integral”.
“Yo tengo un lema en el Jardín: “juntos somos los mejores”. Sola no podría hacer nada, cuento con un equipo educativo que se esfuerza día a día por mejorar y con familias comprometidas con el quehacer de nuestra unidad educativa y eso es maravilloso, porque además de entregarnos un ambiente laboral agradable, se genera una convivencia que fortalece el cuidado y atención de nuestras niñas y niños”, concluye Lilian, orgullosa de la labor que se desarrolla en el Jardín Infantil “Campanita”.