Joaquín es párvulo del Jardín Infantil “Pinocho” de la ciudad de Temuco, región de La Araucanía. Su madre y padre trabajan en el área de servicios y no tuvieron vacaciones durante el verano.
Sin embargo, durante enero y febrero, Joaquín fue parte de los más de 7.200 niños atendidos bajo el programa “Jardines Infantiles de Verano”, de la Junji, pensado para familias que no tienen descanso estival, ni otras redes de apoyo familiares.
“Sin duda, es importante que los párvulos tengan descanso de la rutina del jardín infantil y puedan pasar un tiempo exclusivamente en sus hogares con su familia. Por esta razón, los jardines infantiles abiertos en vacaciones se contemplan para casos en que no haya más redes de apoyo familiar”, explicó la vicepresidenta ejecutiva de la Junji, Adriana Gaete.
Además, las actividades son exclusivamente lúdicas y flexibles, con juegos al aire libre.
A nivel nacional fueron 167 unidades educativas que entregaron distintas alternativas durante las vacaciones. Dentro del Programa “Jardines Infantiles de Verano” funcionan tres modalidades: los jardines de verano, estacionales y jornada extendida, que cumplen objetivos distintos respondiendo a las necesidades de los párvulos y sus familias.
En el caso de la región de Valparaíso se abrieron durante vacaciones 12 jardines infantiles con 554 cupos. En Los Ríos hubo 133 niños y niñas, quienes —sobre todo en la ciudad de Valdivia— se caracterizaron por ser hijos e hijas de inmigrantes.
En el Maule, destacaron los 10 jardines estacionales que apoyaron a madres temporeras que se dedican a la cosecha. En Arica y Parinacota, por ejemplo, hicieron fiestas infantiles al estilo hawaiano, música y pintacaritas. Mientras que, en Biobío, el programa benefició a más de 1.600 niños y se caracterizaron por juegos playeros y mucha alegría.
